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Allí, el durmiente último.
El hierro que, en abrupto final, termina el camino.
El mismo durmiente que ahora es primero.
El abrupto final, que ahora es partida.
Allí, en el mismo sitio, la muerte y el nacimiento.
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Lo veo... al último -o al primer- durmiente de la vía... lo veo en la estación Constitución, en el Roca... donde terminaban mis tardes, allá lejos y hace tiempo
ResponderEliminarMuy bueno, redondita la idea, che.
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