A su vista aparecen calvicies, canas, raíces negras.
Paisaje variopinto el de este ser que no se bajará en la terminal, ni enfilará obediente para la oficina.
A esa araña, que camina por el techo del vagón, la bauticé Prodan, porque le escuché cantar “yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos”.
Muy bueno.
ResponderEliminarUna vuelta de tuerca a la "realidad"
Un abrazo.
gracias, a ud. tambien, por darse una "vuelta". Abrazo.
EliminarEn tiempos donde las historias de trenes sólo están relacionadas con tragedias, homicidios y prisiones de dirigentes sindicales, una araña acusadora vuelve a poner todo en su lugar.
ResponderEliminarAsi es! Que vivan las aranas.
EliminarMe gustó tu blog, tienes un estilo muy personal, me quedo, con tu permiso.
ResponderEliminarUn cariño.
HD
quedate nomas!! no se cobra boleto. Gracias.
EliminarAdemás, ahora que te tengo confianza (je), te confieso que el tema de los trenes me atrae, la mayor parte de mi 1° libro la escribí entre el Sarmiento y el Urquiza.
EliminarUn abrazo.
Tendrá razon la araña?
ResponderEliminardice Luca que si.
EliminarNo sos un escritor, sos un mago.
ResponderEliminar¡Gracias por dejarnos leerte!
Isma
epa, gracias, que elogio. Un abrazo.
EliminarMago, gracias por la magia..
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