martes, 17 de abril de 2012

Cofradía de los talleres

Roberto se duerme, sueña un rato, abre un ojo, todavía falta. Roberto se duerme nuevamente, el día fue agotador, la noche anterior un desastre de exigencias domésticas que el tren, acunándolo, le hace olvidar.




El tren llega al destino final para partir nuevamente. Pero su rutina de desandar lo andado se frustra cuando un megáfono anuncia que esa formación “por problemas técnicos será desafectada del servicio”. Roberto, entonces, sueña profundamente.




La gente que baja se aleja y la que se disponía a subir refunfuña con ganas y corre hasta el tren que lo sustituirá, con el ánimo de conseguir un asiento. El andén deviene en un páramo.




Roberto duerme con la boca abierta, babea un poco, y empieza a roncar. Su presencia es de una evidencia tal que solamente puede pasar desapercibida para el guarda que realiza el control de rutina, en contra de toda buena práctica, recorriendo la formación por afuera, mientras come un pancho que mangó, y discute de futbol, a grito pelado, con el policía apostado en la cabecera del anden.







Roberto despierta, pero todo es oscuridad, no acredita lo que le ocurre, se desconcierta, no reconoce el vagón, grita, aúlla, es un animal desesperado que solo escuchan unos adolescentes que, tras mucho deliberar, se autodenominaron la “cofradía de los talleres” e incursionaron, por primera y última vez, en los sitios donde reparan (apenas si recauchutan) los trenes, para desmitificar la presencia de fantasmas. De allí saldrán corriendo, renunciando a su idea original, y llevándose material para construir la leyenda del fantasma Tito.

10 comentarios:

  1. Muy buena idea la del fantasma Roberto. Me gustó el relato y me llevo una duda, porque siempre escribí "mangueó" pero ahora creo que estoy equivocado.

    Un abrazo.

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  2. O puede que sea así por el modismo "Tirar la manga" para expresar pedir prestado.
    Disculpe el desvarío.

    Un abrazo

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    1. Al contrario, gracias por el desvario. Yo tambien escribia manguear, pero como toda expresion, va cambiando... ahora me gusta mas mangar. Es como los acentos que me faltan aca, las cosas cambian, y a mi me da fiaca cambiarle el idioma al teclado...

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  3. SAL:

    No sé porqué, pero desde el primer momento me imaginé un relato sobre un fantasma.
    De todas formas logró mi sorpresa, y me gustó mucho: lo disfruté.

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  4. Disculpe SAL:

    Sobre el tema de la palabra: decididamente no es "mangó" en el actual sentido, le haya dado fiaca o lo que sea. Hoy sería "mangueó", pero...Usted no hizo mal en expresarla así.

    Si se fija:
    Mangueo/manguear=pedir plata
    proviene de:
    Manga/mangar=sableo, sablear
    Supone que "pegar una sableada" (mangar) era "sablear al bolsillo de otro" (manguear).

    También por eso al "peso" se le dice "mango" y "manganeta" a una especie de desfalco.

    Saludos.

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  5. Gracias por la ilustración (y la justificación que tiende a disimular mi ignorancia). Un abrazo.

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  6. Muy buenoooo y no me imaginé como Daniel desde el principio un relato sobre un fantasma. Me imaginé dos cosas: o un hombre que trabaja todo el día y que tiene problemas al llegar a casa (reclamos de la mujer y los hijos) o un mendigo que duerme en los trenes.
    Muy linda la metáfora de tren-materno, me gustó la imagen. El tren cobijando vida (después de tantas muertes).

    Abrazo

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    1. Totalmente, queremos que los trenes cobijen y no, en cambio, sean protagonistas de sucesos terribles. Gracias por pasar.

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  7. Jaja, yo encontré la solución para descansar en el tren/bondi (en Santa Fe es imposible tomar un tren)
    La solución es nunca apoyar la cabeza en ningún lado. De esa forma si te vas a quedar profundamente dormido (cosa que facilita la creación de fantasmas de Tito) pegás el cabezazo y despertás automáticamente. Así dormir siempre con la cabeza en flote ;)

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  8. Ja ja! Gracias por compartir la tecnica!

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