El playón de maniobras quedaba al lado de la estación, que quedaba en las afueras del pueblo, que quedaba en un rincón olvidado de la provincia.
Ahí mismo, un galpón venido a menos, ante el desuso ferroviario, albergó copas de poco monto y sexo sucio y frío.
Nadie en el pueblo lo ignoraba. Muchos hombres, claro, tenían conocimiento directo del asunto. Pronto, esta situación fue aplicable también a los pueblos vecinos.
Escuché a un hombre grande decir que hubiera preferido la vida al revés: de joven el burdel y de viejo tener un tren que ir a saludar.
Un día llegó una patrulla de salubridad y cruzó fajas en las puertas precarias. Fue la comidilla del pueblo.
Cuentan que un abogado se presentó ante el juez y planteó una nulidad (cuestiones de forma). Dicen también que deslizó como al pasar que evaluaba recusarlo y ofrecerlo como testigo; que había información acerca de alguna presencia suya en el lugar.
Pocos días después, el juez constató que el procedimiento estaba viciado de nulidad. Todo volvió a la normalidad.
Ahí mismo, un galpón venido a menos, ante el desuso ferroviario, albergó copas de poco monto y sexo sucio y frío.
Nadie en el pueblo lo ignoraba. Muchos hombres, claro, tenían conocimiento directo del asunto. Pronto, esta situación fue aplicable también a los pueblos vecinos.
Escuché a un hombre grande decir que hubiera preferido la vida al revés: de joven el burdel y de viejo tener un tren que ir a saludar.
Un día llegó una patrulla de salubridad y cruzó fajas en las puertas precarias. Fue la comidilla del pueblo.
Cuentan que un abogado se presentó ante el juez y planteó una nulidad (cuestiones de forma). Dicen también que deslizó como al pasar que evaluaba recusarlo y ofrecerlo como testigo; que había información acerca de alguna presencia suya en el lugar.
Pocos días después, el juez constató que el procedimiento estaba viciado de nulidad. Todo volvió a la normalidad.