viernes, 20 de mayo de 2011

Pata de fierro

Lo descubrí hace tiempo. Recuerdo ese momento, como se recuerda el instante en que se roba un primer beso. Como se recuerda lo que se estaba haciendo al recibir una noticia conmovedora. Como se recuerda cualquier punto de inflexión.

Alguien tomaba una malta en ese living. Alguien bastante mayor que yo. Alguien a quien mi presencia quizá molestara. Pero a mi no me importaba, total, le gustara o no, yo dormiría con su hija esa noche. De todos modos, el tipo era gentil y me ofreció una malta que acepté. Mi visión se tornó algo alucinatoria.

Nadie hablaba en la sala y el zapping se detuvo en un mazo de naipes. Del otro lado de la pantalla una sola mano dijo "no se puede hacer más lento", y lo hizo de modo glorioso.

Horas después le dije a ella que si teníamos un hijo, le quería poner René, y ella se río. Yo hablaba en serio. No tuve hijos con ella.

Hoy busco desesperadamente saber si René Lavand planifica algún show y encuentro una nota sobre él. Vive en Tandil y da clases de ilusionismo en un vagón de tren, que se llama "pata de fierro". Pienso que podría dar esas clases en cualquier salón, pero eligió un vagón de tren. Ese tipo tiene algo especial.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Amores brutos

Pantallas de pocas pulgadas, vejadas por dos pulgares simultáneos. No hay respeto por esas horas primeras del día, en que la naturaleza manda a tener modorra. Es demasiado temprano para el frenético intercambio de mensajes que encierra el vagón. Además, hace frío y el tren está lleno. Al lado mío, y un poco abajo, la petisa lee algo. Me entrometo, ahora somos dos los que leemos un texto corto pero contundente, que no reproduciré por si ustedes abren este blog en el trabajo y hay riesgo de que un jefe pacato observe vuestra pantalla, tal como yo hacía con la de la petisa. Es evidente que quien le escribe la conoce personalmente: es que los atributos descriptos, que según se anuncia serán sometidos a determinadas prácticas, efectivamente honran a la petisa. Ella no se pone colorada y hace como si no viera que yo veo. Contesta y dobla la apuesta, sus palabras no se quedan atrás e incrementan la tensión entre los mensajeantes y, por qué no, también conmigo. Luego presiona “enviar”, va a “contactos”, y se lo manda a “amorSito” (sí, con “s”).

lunes, 2 de mayo de 2011

Oblogo recargado

Ahora aviso a tiempo, para que quienes estén interesados en salir corriendo a buscar un ejemplar, logren su cometido: en el Nº 55 de la revista oblogo, se publicó la entrada titulada "Temor a quedarse solo (otra vez)". Ese número de oblogo salió hoy mismo, 02.05.11 (fecha que pasará a la historia por otros motivos y no por esta humilde novedad local). Los vagos que no quieran ir a buscarla a los lugares de reparto, tienen la dimensión virtual para chusmear como quedó: http://www.oblogo.com/