miércoles, 27 de noviembre de 2013

El sonido de los grillos

El padre duerme al hijo cuando éste se sobresalta por las noches.

Fue una conquista de su mujer. Al principio permanecía inalterable cuando el niño lloraba, hasta que un día la mujer estalló y lo increpó. Él, entonces, se hizo cargo de la tarea; en su correcta evaluación, el grito de ella era menos controlable que el marraneo del recién nacido.

Aprendió, con sorprendente habilidad, a hacer el biberón con una sola mano, mientras tenía con la otra al chico. Conoció en poco tiempo la mejor posición para dormirlo, y el ritmo justo con el que golpearlo suavemente en la cola. Pero jamás le tomó la mano al descargo del infante en la cuna. Ese depósito, indefectiblemente, llevaba al inicio de la escena: llanto desgarrador, apertura de boca, tetina en ella y vuelta a empezar.

El padre entonces, empezó a pasar largas horas en la silla mecedora. Jamás logró dormir en ella. Se entretuvo con el sonido de los grillos. Llegó a detectar dos momentos en los que se alteraba el ritmo del canto de esos bichos. Contó repeticiones, midió duración del sonido emitido, e intensidad del mismo, y hacía sus anotaciones. Todo ello con la mano hábil. Así, logró demostrar, que la compactación de la basura los ponía frenéticos y que, en cambio, el paso del tren carguero, armonioso, melódico, los relajaba.

Pero no fue una tarea sencilla, debió esconder cuadernos, biromes y algunos dispositivos técnicos menores. Debió, también, ser paciente y tomar muchas muestras. Su hijo creció, y cuando éste ya era un infante de cierta magnitud, hubo sobornos. Se sorprendió por lo bien que el niño hacía su papel de llorón nocturno, y también se sorprendió por los reclamos de una paga mayor (en cantidades de golosinas).

Justo cuando tenía su tesis casi armada, la mujer, harta de verlo ojeroso durante el día, lo descubrió. Sus gritos fueron terribles y él perdió su lugar en la casa. Hoy deambula, sin éxito alguno, por distintas universidades, procurando que lean su tesis, y también extraña mucho a su hijo.