Sube al tren. Va sola, más que nunca. Se acurruca en el hueco rígido que forma el asiento al hacerse pared de vagón, se dobla sobre sí misma, se hunde. Apoya su mejilla en el vidrio algo sucio y bastante frío de la ventanilla, para perder su mirada en el afuera —ahora estación, en un rato campo, luego quién sabe—.
El afuera es futuro y es incierto. El adentro es dolor, vacío, pérdida.
La gente sube, camina apurada, carga valijas de colores neutros, alguien se sienta cerca, ella ve todo lejano, como en una película sin volumen que se deja correr cuando se hace otra cosa.
Sobre las imágenes de la estación, su mente imprime manchas rojas, del rojo de la sangre perdida.
El dolor se hace insoportable, no se ve el final del duelo, ¿puede quererse tanto a materia mensurable en milímetros, a conciencias no constituidas, a la potencialidad pura?
Sí, se puede.
Ella llora y el tren, inconmovible, parte.
El afuera es futuro y es incierto. El adentro es dolor, vacío, pérdida.
La gente sube, camina apurada, carga valijas de colores neutros, alguien se sienta cerca, ella ve todo lejano, como en una película sin volumen que se deja correr cuando se hace otra cosa.
Sobre las imágenes de la estación, su mente imprime manchas rojas, del rojo de la sangre perdida.
El dolor se hace insoportable, no se ve el final del duelo, ¿puede quererse tanto a materia mensurable en milímetros, a conciencias no constituidas, a la potencialidad pura?
Sí, se puede.
Ella llora y el tren, inconmovible, parte.
sí, dolor.
ResponderEliminarmuy bueno, sal.
uff! qué temita, nene! ¿Cómo puede uno, como varón, saberlo?
ResponderEliminarAy, dolió. Si sólo me quedo con el primer párrafo era yo. Pero que ganas de llorar al seguir leyendo.
ResponderEliminarMás aún que ganas de abrazarla aunque ya nada importa.
Es difícil acompañar, encontrar las palabras justas, que no minimicen ni dramaticen. Justas. ¿Existen las palabras justas? Para que el dolor se vaya, primero hay que sentirlo, en casos como estos no conviene hacerse el distraído. Las lágrimas en algún momento serán derramadas.
ResponderEliminaryo escribí una de trenes... pero más de afuera
ResponderEliminargracias por pasarte por mi blog
nano nano
lamento comunicar que me sentí identificada con el texto, y no lamento tanto decir que me encantó
ResponderEliminara mí me gusta gritar cuando pasan los trenes, por eso no viajo tanto, sería muy raro para los demás pasajeros verme gritar...
ajajajaj
me encanto sal
ResponderEliminarbeso
El tren que parte, ella que se parte.
ResponderEliminarLindo texto Sal
Saludos
Para eso sólo tengo 3 palabras y dos compuestos: IBUPROFENO CON CAFEINA.
ResponderEliminarAh, ¿Cómo el dolor y la sangre no eran por...? ah no! yo pensé que... no no, dejá.