De un lado los andenes, y cientos (¿miles?) bajando. Algunos embudos con forma de molinete y, del otro lado, el hall central con pretensión de país potencia. Pero también con churros y loterías muy locales, con perros policías y rincones hechos camas provisorias (o definitivas). En ese hall también hay una virgen (una imagen de) enclaustrada en box de acrílico transparente.
Al bajar del tren, suele haber prisa que, sumada al efecto embudo, se traduce en empujones y codazos. Yo los soporto estoico, y los aplico más estoico aún.
El otro día, los recibí de una mujer a la que luego vi (¿perder?) varios segundos con su mano apoyada en el acrílico protector de la virgen.
Continué estoico.
hay un dicho que dice: "el que peca y reza, empata". creo que se aplica a tu compañera de viaje golpeadora. un abrazo, Ale
ResponderEliminarEs que no podía demorar un segundo más esas ganas de redimirse... jajaja
ResponderEliminarsaludos!
Dios es maquinista!
ResponderEliminarLa gente esta tremeda!
El apuro por el perdón... la culpa y angustia le picaban en los codos.
ResponderEliminargente 'e mierda
ResponderEliminarqué quiere que le diga.
Hay veces en que uno prefiere a los epicúreos
ResponderEliminarjeje buenísimo! Pero bueno, es el ámbito propicio, hasta el más pacifista se vuelve burtal en esas circunstancias.
ResponderEliminarA mí en la línea A además de los empujones se me desarrolló un costado ¿solidario? así que cuando suben en Miserere y quedan con la mitad del cuerpo afuera los ayudo a entrar.
saludos!
Jeje!! eso lo vivo a diario cuando tomo la escalera mecanica para hacer el trasbordo de la linea E a la C de subtes. Hay una Virgencita en la esquina doblando para tomar el pasillo.Solo codazos y empujones?...que suerte, ademas de eso me ligo pisotones y cada dos por tres me sacan el zapato cuando me pisan el talon.
ResponderEliminarNavegando a la deriva llegue a este blog y me gustò mucho. Te puse en mis marcadores favoritos.
Alejandro: entonces iremos a penales
ResponderEliminartrenazul: así parece
Petardo: ascendió, antes, en épocas de Charly, era empleado en un mostrador
Canela: le picaba y con fuerza!
Agustín: bueno, bueno, mantengamos la diplomacia
Flor: cómo podría uno entregarse al placer en ese momento?
Vir: qué genia! ya te imagino tirando de una manga para meter al fulano adentro del vagón.
Liz: nunca sufrí el deszapatamiento, la verdad que lo suyo parece más cruento, bienvenida, vuelva y sea millones
permiso, permiso que no llego a mi salvación diaria...
ResponderEliminarjajaja----
Bueno SAL, sigo aqui estoica... una vez me dijeron que era estoica, y a cada paso lo confirmo...
nanoNano