Recorren juntas todo el camino,
y soportan, por igual, el peso que las oprime.
Pero no se tocan.
Las encandila el sol y el frío las contrae,
a las dos, en un mismo tiempo.
Pero no se tocan.
Vidas paralelas,
de oxímoron inevitable por cercana lejanía.
Saben ser, a la vez, escenario de juegos de chicos,
y de muertes trágicas.
Saben ser el camino,
la delimitación de un cauce infranqueable.
Pero encerradas en una trampa geométrica,
no saben tocarse.
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Cuántos pares de seres hay, con el mismo destino que las vías!
ResponderEliminarEs lo que iba a decir...pero William me arrebató las palabras del teclado...
ResponderEliminarMe encantó el cambio del blog. Buenísima la foto.
pure poetry
ResponderEliminarWilliam, Flor, es cierto, pero las trampas por las que algunos seres humanos no pueden tocarse no tienen el rigor de la geometría, entonces nos queda la esperanza de que un día la mano se extienda... Gracias Mat.
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